Miro el zaguán de tu casa
donde aún se proyecta
la sombra de tu silueta
en mi recuerdo.
Con un fondo de lluvia
sobre los adoquinados
como música que enjuaga
mi corazón,
observo las ventanas
de postigos cerrados,
el recuerdo de antiguas luces
y encuentros.
Ya no estás,
pero tu aroma florece
a cada paso que doy
y a cada encuentro
con tu calle
me pregunto, si él
también verá
el resplandor de tu cintura
o el sol brillando
sobre tus cabellos.
O si todo aquello
habrá partido contigo
o quedará como huella
en mi pensamiento,
cenizas de lo que fue,
semilla de lo que pudo haber sido.
De tu sombra fui,
y de tu sombra vivo.
De tu sombra fui,
y de tu sombra vivo.
Luis Soto, poeta y novelista argentino
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